En la mayoría de casos de modelado del patrimonio, debido a
la escasa información que se conserva, es necesario recrear los espacios
arquitectónicos partiendo de hipótesis propias que se basan en casos similares
al objeto de estudio. Sin embargo, hay que tener en cuenta este aspecto y
evitar que se convierta en un objeto caprichoso, como podría ser el hecho de
dar un exceso de realidad a la imagen final que se pretende obtener.
Las decisiones que se toman a la hora de representar el
estado original de una ruina deben estar justificadas en todo momento y debemos
diferenciar entre suposiciones nuestras y datos verídicos empleados para evitar
en todo momento la confusión del observador. De este modo, el patrimonio desaparecido que logramos
representar, podrá ser considerado como patrimonio intangible sin ninguna duda.
La finalidad de esta técnica de patrimonio intangible sigue
siendo la propia del arquitecto a lo largo de los tiempos: Causar una emoción
en el espectador.
Con este trabajo debemos posibilitar la visualización
completa del espacio perdido permitiendo que el visitante se sienta como si
estuviera “in situ” dentro de la arquitectura en cuestión.
Solo así la recreación virtual del patrimonio intangible
debe ser difundida por profesionales capaces de generar estas emociones
adecuando el espacio a su época de origen.
En
este punto la arqueología es una herramienta indispensable para ayudar al arquitecto a
desarrollar su labor, de manera que este se convierta en el director de
orquesta que enlace cada una de las piezas estudiadas por el arqueólogo y las
ubique en su correcta situación para generar finalmente un conjunto que recree
el espacio arquitectónico buscado en un principio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario